¡Hola! Aquí dejo una pequeña historia. ¡Espero que os guste!
Historia: Desvaríos de una adolescente I
Yo siempre he amado los caballos y por ello me convertí en jinete. Vivo en un caserón a veinte kilómetros de la ciudad donde la granja y los cultivos son muy importantes. Prácticamente me he criado en el campo, así que amo la naturaleza y odio cuando tiran basura en los bosques y lo contaminan todo.
Aunque viva lejos de la ciudad, aquí tengo vecinos que nos hacen compañía, pero a menudo extraño ir de tiendas a lo bestia. ¡Ya sabéis! A centros comerciales enormes, a tiendas exclusivas, a dar un paseo por el centro, ir a pubs que no sean más pequeños que tu dormitorio y escuchar sus canciones tronantes, etc. Lo único bueno de vivir lejos es que puedo pasear con Blanca por los alrededores tanto como quiera ya que no hay tantos coches como en la ciudad. ¿Que quién es Blanca? Por supuesto, mi caballo que tiene el mismo color que su nombre.
Blanca prácticamente creció conforme lo hacía yo y somos como hermanas. La cuido, le hablo... ¡Pero no estoy loca! No me malinterpretéis. Lo único es que tenemos una complicidad indescriptible.
Tengo una amiga que es mi vecina además, se llama Patricia y tenemos la misma edad. Siempre hemos estado en la misma clase y todo. Es curioso, pero su padre tiene una granja de vacas y con su leche hace quesos que nos regala a menudo. Debo admitir que están muy buenos. Además, de eso, también ejerce como otorrinolaringólogo y eso es de admirar porque debe ser complicado.
Justo ahora, cabalgo por alrededor de un camino que siempre uso para ello, y mi mente divaga por todos lados. Últimamente el hermano de Patricia ha estado actuando muy raro conmigo. Él se llama Alex y tiene un año más que yo. Por ejemplo, me vigila más de la cuenta. El otro día lo vi observándome en el instituto cual lobo vigila su presa. No le di importancia, pero ayer mismo ocurrió de nuevo cerca de mi casa, mientras paseaba con Blanca. Tenía un cuchillo en su mano y sus ojos me dieron miedo. Quizá pienso demasiado pero... ¿será acaso que quiere matarme? A mí o a... ¡Blanca! No, no puede ser. ¡Es un asesino!
Quizá ha planeado una búsqueda de mis ratos libres para matarme. Uff, ¿qué voy a hacer? Incluso si eso no es verdad, debéis admitir que es raro que Alex esté así de anormal. Desde siempre hemos sido vecinos y he hablado con él lo justo cuando me quedaba en casa de Patri, pero además de eso nunca he entablado una conversación con él.
En este momento, no me doy cuenta y alguien está parado frente a Blanca y a mí. Aun está un poco lejos, pero lo puedo ver, ¡es Alex! Oh, dios, ¿qué hago? ¡Ha venido a matarme! Y esta vez tiene un arma. ¡Es una navaja! Iba a dar media vuelta pero Blanca decide por su cuenta avanzar hasta detenerse a su lado. Alex no sonríe, solo me observa con ojos acusadores. ¿Qué le he hecho?
-Hola, Rocío.
-Ho-hola. -saludo nerviosa. No me bajo de Blanca, vaya a ser que me hiera entonces. Observo la navaja y él se da cuenta de lo que estoy pensando.
-Estoy buscando setas y necesitaba algo para cortarlas. -contesta tranquilamente. Uff, suspiro aliviada.
-Ya veo. Yo estoy dando un paseo con Blanca...
-Siempre lo haces.
-Si...
Nos quedamos un rato en silencio y doy por finalizada la conversación. Este chico cada día está más raro.
-Bueno, tengo que seguir. ¡Hasta...
-Espera. Hay algo que siempre quise decirte. -espero aque diga algo más, pero no es así.
-¿De qué se trata?
-Ten cuidado, Rocío.
-¿Por qué me dices eso?
-Porque últimamente han aparecido algunos animales muertos en este bosque. No deberías pasear sola por aquí más, ¿de acuerdo? -Oh, no lo sabía. Así que Alex estaba preocupado por mí. ¡Qué tierno!
-Gracias por advertirme. No lo haré más. -contesto sonriendo.
-Ah, y otra cosa... El otro día, sentí una presencia detrás de ti. Está siempre contigo. -me quedo helada al oírle hablar.
-¿Qué dices?
-Ten cuidado.
Y dicho esto, se marcha. ¿Pero qué le pasa a este chico? En serio, ¡es tonto!
Continuará...
¡Besos!
Última modificación realizada por LadyGual (El 12-04-2015 à 20h03)